Fuente: El País, España. Por: Camila Osorio y Ana Marcos.
El 31 de diciembre la mayor parte del globo celebrará el final de un año para el olvido. Para todos, menos para los artistas y la industria de la música en español. 2020 ha convertido una tendencia que empezó en 2017 con el éxito de Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee en una realidad global.
Los datos ayudan a entender cómo los ritmos urbanos que surgieron de los barrios más humildes de América Latina han saltado al mainstream. Bad Bunny, punta de lanza de este movimiento tectónico que ha trastocado a la cultura pop, ha conseguido con su último disco, El último tour del mundo, encabezar la lista musical Billboard 200 con un álbum íntegramente en español. Es la primera vez que esto sucede en los 64 años de historia de este ranking que clasifica los álbumes más populares de la semana en EE UU. El puertorriqueño es, además, el artista más escuchado en el mundo a través de Spotify (con 8.300 millones de reproducciones) en una clasificación en la que otro latino, el colombiano J Balvin, ocupa el tercer puesto, retando así a la hegemonía anglosajona.
Antes de que la OMS declarara la covid-19 como pandemia, el año arrancó con dos grandes conciertos en dos de los eventos con mayor repercusión en Estados Unidos. Rosalía actuó en la ceremonia de los Grammy y ganó el premio a mejor álbum de rock urbano de música latina por El mal querer, mientras que Alejandro Sanz se adjudicó el Grammy al mejor álbum pop latino por #ElDisco. En febrero, Shakira y Jennifer López lideraron el show de la Super Bowl junto a J Balvin y Bad Bunny. El espectáculo se convirtió en una reivindicación de géneros como la salsa, el trap y la champeta, además de en una crítica a la política migratoria de Donald Trump.
A principios de siglo, cuando Estados Unidos hablaba de una explosión de la música latina (“Una invasión pop del tamaño de Godzilla”, según The New York Times) los iconos de esta corriente cantaban sobre todo en inglés: el puertorriqueño Ricky Martin con Livin’ la vida loca, la colombiana Shakira, aunque comenzó con el español (su disco Pies descalzos ha cumplido 25 años), conquistó el mercado mundial con Whenever, Wherever, o la neoyorquina Jennifer López con Jenny From the block. Hasta entonces eran pocos los músicos que habían logrado romper récords usando solo el español, con excepción de La Macarena, de los españoles Los del Río, y La Bamba, de los chicanos Los Lobos. “Macarena se mantuvo en el top de la lista por 14 semanas”, recuerda un artículo de Billboard, un logro que han conseguido superar menos de 10 canciones desde 1958. Una gloria mercantil que no tocaron ni los famosos salseros neoyorquinos de La Fania.
Los primeros que regresaron a esta tendencia fueron Fonsi y Daddy Yankee con Despacito en 2017 al romper el récord de La Macarena. Su canción estuvo 16 semanas en la lista Billboard y exportó el género tan lejos que llegó a las calles de Hanoi. “A ver si se habla de Despacito dentro de 24 años como de la ‘Macarena”, dijeron ese 2017 Los del Río, subiendo la apuesta.
Las cifras de 2020 responden al envite de Los del Río. Las escuchas de la música latina han crecido más rápido que las de cualquier otro género, según datos de la consultora Nielsen Music/MRC Data, que contabilizó 39.700 millones de reproducciones a través de streaming en 2019, un 26,4% más que el año anterior. Esta cifra supera el consumo de la música country (21,8%), r&b y hip hop (15,3%), pop (11,6%) y rock (10,7%). No hace falta elegir un mes concreto, en cualquier semana de este año el 30% de las canciones que dominaban el Top Global de YouTube estaban firmadas por artistas hispanohablantes con especial protagonismo de los latinos por encima de los españoles. No solo Bad Bunny o J Balvin, también la colombiana Karol G y los puertorriqueños Anuel AA y Ozuna, entre otros.
Todo comenzó con el single
La catapulta para los artistas latinos llegó en forma de single hace menos de un lustro. El ejemplo más claro es la colaboración de Bad Bunny en I Like It con la rapera Cardi B en 2018. Esta canción reorganizó la industria de la música en español en torno a la figura del puertorriqueño, líder de lo que él mismo ha bautizado como la latino gang, el término para definir a esta nueva generación de artistas hispanohablantes. Desde aquel éxito, Benito Antonio Martínez, su verdadero nombre, no ha parado de pulverizar récords, pese a la pandemia. El último tour del mundo, su tercer álbum del año, sumó en la primera semana más ventas y descargas que Miley Cyrus (que publicó un disco la misma semana), reina en este tipo de listados. El artista puertorriqueño cierra el año con un anuncio que ya adelantó en febrero: “Vamos a seguir activos con ustedes pero vamos a cogernos un breaquecito de la música por el momento”, dijo en un directo en su cuenta de Instagram. No se retira, como aseguró a inicios de año, se dedicará, entre otros proyectos, al cine. Participará en la película Bullet Train con Brad Pitt, en American Sole (donde también es productor), además de en la serie Narcos: México.
Si bien antes los latinos buscaban cantar en inglés para alcanzar la fama mundial, ahora los que dominan la industria musical global en inglés han dejado a un lado las colaboraciones con raperos y las estrellas del EDM (electronic dance music) y luchan por cantar con artistas hispanohablantes. The Weeknd ha conseguido llegar al número 1 en escuchas en Spotify con Blinding Lights, aún así, decidió intentar romper su propio récord con una versión con Rosalía. The Black Eyed Peas se aliaron con J Balvin en 2019 y más recientemente con Shakira. El rapero Frank Ocean se lanzó incluso a cantar en español en el tema Cayendo. La americana-colombiana Kali Uchis, que ya tenía dos discos en inglés y había cantado con el famoso rapero Mac Miller, se atrevió este año a sacar su primer disco primordialmente en español: Sin Miedo.
La expansión mundial de estos artistas latinos supera las barreras de la música. Maluma participará en la película Marry Me con Jennifer López, J Balvin tendrá su propio menú de McDonalds (un título que hasta ahora ostentaba Travis Scott) y Rosalía es ya embajadora de la marca de maquillaje MAC.
En el cine, a principios de año, se estrenó Ya no estoy aquí del director Fernando Trías, que ganó decenas de premios internacionales y estuvo nominada a un Oscar con un retrato de los jóvenes bailarines en las periferias deprimidas de Monterrey, aficionados a la cumbia. El colombiano J Balvin irrumpió en la segunda mitad del año con un concierto digital en uno de los videojuegos más famosos del mundo: Fortnite. Y el año termina con Rompan Todo, un esperado documental de Netflix celebrando 50 años del rock latinoamericano –con Molotov, Gustavo Cerati o Aterciopelados–. “El rock latino nunca rompió la barrera del idioma para alcanzar a las audiencias de habla inglesa’’, admite la reseña de The New York Times. “Ese avance comercial le pertenece al reguetón, y al género ambiguo llamado urbano”.
Arma política
Así como el demócrata Al Gore alguna vez mencionó La Macarena para hacer campaña, con los cambios demográficos en Estados Unidos –donde los latinos representan casi 60 millones de personas y la minoría electoral más importante del país– Joe Biden recurrió a un tema de Bad Bunny durante su campaña electoral y tocó Despacito en su teléfono cuando se dirigió a los votantes de la Florida (donde perdió). “Si tuviera el talento de estas personas, sería presidente por aclamación”, dijo sobre los reguetoneros.
En el resumen anual de los libros, películas, discos y canciones que Barack Obama publica a través de sus redes sociales eligió Nada de Lido Pimienta, la barranquillera-canadiense que combina cumbia con electrónica y que ganó en 2019 el Premio Polaris de Canadá, la primera en hacerlo en un idioma que no fuera inglés o francés. Su nuevo disco este año, Miss Colombia, está nominado al premio al mejor álbum de rock urbano de música latina para los Grammy de 2021.
“En los próximos años, a medida que la comunidad latina siga creciendo en Estados Unidos, creo que llegará el momento en que la música ya no estará dividida entre latinos o anglosajones”, ha pronosticado Bad Bunny “sino como una única industria que nos incluya a todos”.
Source: radioelsalsero.com